Antecedentes del caso

La acción de tutela fue instaurada por la curadora judicial designada para proteger los derechos fundamentales al debido proceso, igualdad y petición de su representada, presuntamente vulnerados por la demora en la entrega del salvamento de voto en un proceso laboral contra una administradora de pensiones. El proceso se originó con una demanda para el reconocimiento de pensión de sobrevivientes, que inicialmente fue favorable contra la entidad demandada, pero luego revocada en apelación, con un magistrado disidente que anunció salvamento de voto. La tutela se presentó debido a que, tras la revocatoria, el expediente fue devuelto al juzgado de primera instancia sin que se allegara el salvamento de voto, a pesar de reiterados requerimientos para conocerlo. La solicitante argumentó que esta omisión constituía una demora injustificada que afectaba los derechos fundamentales de su representada.

Consideraciones jurídicas

La Corte recordó que la acción de tutela es un mecanismo preferente para proteger derechos fundamentales cuando una autoridad incurre en mora injustificada. Sin embargo, la mera demora no es suficiente; debe demostrarse que la tardanza es producto de un actuar negligente y sin justificación. Además, la Corte enfatizó que el juez constitucional no puede interferir en la organización interna ni en las decisiones de otros funcionarios judiciales, respetando la autonomía e independencia judicial. El juez a cargo del proceso tiene la facultad exclusiva para manejar sus labores y dictar providencias. Tras revisar las actuaciones procesales y el estado del expediente, se constató que el magistrado responsable emitió y notificó el salvamento de voto durante el trámite de la tutela, eliminando así la presunta omisión que motivó...