Contexto y antecedentes del proceso

El proceso disciplinario se originó tras una compulsa de copias ordenada por un juzgado administrativo respecto a la conducta de un abogado que actuaba como apoderado en un proceso de reparación directa. Se le imputan comportamientos dilatorios y agresiones verbales contra las apoderadas de la parte demandada. Durante la investigación, el disciplinable fue notificado y, ante su inasistencia a una audiencia, se designó un defensor de oficio. En la audiencia de pruebas y calificación provisional, la Comisión Seccional negó la práctica de ciertas pruebas solicitadas por la defensa.

Solicitud de pruebas y decisión de primera instancia

Las pruebas solicitadas consistían en documentos relacionados con contratos de prestación de servicios celebrados por una entidad distrital con abogados vinculados al proceso, certificaciones sobre la participación de una abogada en otros procesos y capturas de pantalla de páginas web profesionales. La Comisión Seccional consideró estas pruebas impertinentes, ya que no se relacionaban directamente con los hechos investigados, que se centraban en conductas dilatorias y agresiones verbales dentro del proceso judicial.

Fundamentos jurídicos para la negación de las pruebas

La Comisión Nacional recordó que en materia disciplinaria la decisión debe basarse en pruebas legalmente producidas, respetando el principio de investigación integral. Sin embargo, la ley faculta para rechazar pruebas que sean inconducentes, impertinentes, superfluas o ilícitas. La pertinencia se refiere a la relación directa entre la prueba y los hechos materia de investigación; la conducencia, a la capacidad de la prueba para demostrar dichos hechos; y la utilidad, al beneficio que aporta al esclarecimiento del caso. En este caso, las pruebas solicitadas no demostraban ni...