Antecedentes del caso y proceso judicial

El 1° de mayo de 2021, durante una patrulla en Bogotá, un conductor fue requerido para detener su vehículo tras embestir varias motocicletas y desobedecer señales policiales. Al no acatar las órdenes, inició una persecución que culminó con la aprehensión del infractor, quien opuso resistencia y agredió físicamente a un patrullero de la Policía Nacional. El agente sufrió lesiones que le ocasionaron una incapacidad médica de 14 días. En primera instancia, el juzgado penal absolvió al acusado, aplicando el principio de in dubio pro reo, debido a que el único testimonio presentado fue el de la víctima y no se logró establecer con certeza la intención del agresor. Se destacó además que el acusado también presentaba lesiones y que no asistió al juicio oral para aclarar los hechos. La apoderada de la víctima interpuso recurso de apelación, argumentando que el testimonio del patrullero, que relató detalladamente los hechos, era suficiente para acreditar la responsabilidad penal del acusado.

Decisión del Tribunal Superior y fundamentos

El Tribunal Superior revisó el recurso y evidenció que el acusado inició la agresión con la intención de impedir que el agente policial cumpliera sus funciones legítimas. Se resaltó que el testimonio del patrullero fue claro, coherente y específico, y que se contó con informes periciales que confirmaron las lesiones sufridas por la víctima. Se aclaró que las conductas del acusado, como embestir motocicletas, cruzar semáforos en rojo, transitar en contravía y hacer caso omiso a las señales policiales, configuraron una actuación antijurídica que culminó en violencia física contra el servidor público. El Tribunal concluyó que, más allá...