Contexto y antecedentes del caso

El proceso disciplinario se inició tras la presentación de una queja contra un abogado quien había recibido poder para actuar en un proceso administrativo de reparación directa. La queja señalaba que el abogado había cobrado sumas de dinero derivadas de una condena a favor del denunciante, sin entregarlas a este último, además de manifestaciones verbales amenazantes. Tras la apertura del proceso disciplinario, se llevaron a cabo audiencias de pruebas y calificación provisional.

Decisión y fundamentos

La Comisión Seccional de Disciplina Judicial de Atlántico ordenó la terminación del proceso y el archivo definitivo de las diligencias, concluyendo que el único pago realizado por una de las entidades condenadas correspondió a una suma de dinero parcial, de la cual el abogado habría recibido un monto que no excedió lo cobrado, destinando el saldo restante a sus honorarios. Además, no se acreditaron debidamente los malos tratos verbales denunciados, aplicándose el principio de presunción de inocencia ante la existencia de duda razonable.

Revisión y confirmación de la decisión

El recurso de apelación interpuesto fue analizado por la Comisión Nacional de Disciplina Judicial, que confirmó la decisión inicial. Se revisaron las actuaciones en el proceso administrativo, incluyendo la condena solidaria impuesta a varias entidades por perjuicios morales, y las respuestas de las entidades condenadas, que indicaron no haber efectuado pagos adicionales a los ya reconocidos. Se destacó que el único dinero recibido por el abogado provenía de la entidad que sí realizó el pago parcial, conforme a documento privado de transacción y paz y salvo aportados al expediente.

Implicaciones y conclusiones

La resolución ratifica la terminación anticipada...